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Tiré Dié y la tendencia a retratar la pobreza en el cine

Texto escrito por: Victoria Tonantzin Layune Delgadillo


El primer documental de la historia de Argentina, denominado como una “encuesta social filmada”; Tiré Dié, dirigido por Fernando Birri, es una obra cinematográfica con gran carga y relevancia histórica que representó una manera diferente de concebir el cine latinoamericano. En este ensayo, se abordarán diversos temas tomando de base este mediometraje documental de 1960 para abordar su relación con algunas cuestiones que corresponden al estudio de la estética.

Para comprender de una mejor manera el filme, debe comprenderse el contexto en el que éste fue elaborado: Una provincia pobre de Argentina en los 60s. Es interesante la visión del realizador en el documental y fundamentales los elementos narrativos del lenguaje cinematográfico que utiliza para retratar la realidad de estas decenas de familias que viven en Santa Fe.

El reconocimiento que obtuvo y la atención que ha recibido esta película desde su elaboración no ha sido demasiada, considerando el impacto histórico que tuvo en el cine argentino y latinoamericano de Glauber Rocha (1965) deja en claro la búsqueda de la identidad cultural de países latinoamericanos que han sido retratados siempre desde la perspectiva del colonizador, un objetivo parecido al que logra donde la búsqueda por retratar la realidad y lograr algo fiel, termina por volver subjetivo el punto de vista desde el cual se narra, ya que el realizador se convierte en un intruso en el hábitat que está registrando. Por el contrario, Tiré Dié se adapta a su objeto de estudio y le permite desenvolverse sin involucrarse demasiado en esa realidad ajena con el objetivo de no manipular el discurso a favor de lograr un impacto en el espectador.

Este rompimiento a favor de la moral dentro del documental fue crucial para lograr que esta obra cinematográfica se encuentre vigente hasta nuestros días, ya que cronológicamente coincidió con el surgimiento de un movimiento cinematográfico latinoamericano revolucionario: El Cinema Novo.


A finales de la década de los 50s, El Cinema Novo surge de entre la marginación y miseria para alzar la voz demostrando que se tiene algo para decir al resto del mundo. En La estética del hambre de Glauber Rocha (1965) deja en claro la búsqueda de la identidad cultural de países latinoamericanos que han sido retratados siempre desde la perspectiva del colonizador, un objetivo parecido al que logra Tiré Dié. Una observación muy precisa sobre el tema es aquella que hace Marcelo Scotti en su publicación Entre cine e Historia(2017):


La prueba concluyente de esta idea de representar una realidad omitida por la información oficial, de contra informar acerca de la sociedad santafesina, es la secuencia cercana al final de la película, esa carrera de los chicos al lado del tren que describe, expone, registra e interroga un orden de cosas en el que los excluidos de la ciudad oficial quedan siempre postergados y condenados a recoger las migajas.

Es justamente a favor de la contra información que se realiza este filme y resulta interesante reflexionarlo de ese modo. La tendencia a los medios de comunicación alternativos fue un fenómeno interesante en Brasil durante 1960. Dentro del IV Ciclo de Estudios Interdisciplinares de Comunicación organizado por la Sociedad Brasileña de Estudios Interdisciplinares de Comunicación (INTERCOM) en 1981 en Sao Paulo, Brasil; se abordaron temas diversos relacionados a la comunicación audiovisual de América Latina, en los que se exponía que era necesaria una nueva teoría de comunicación que expusiera la realidad de Brasil donde se expusiera su situación cultural, religiosa y política por la que se atravesaba, ya que "Después del golpe de Estado brasileño en 1964, la reflexión brasileña sobre la comunicación entra en una nueva fase de cuestionamiento crítico que la lleva a pensar y edificar una nueva explicación de la misma, básicamente a partir de los problemas populares.” (Esteinou, p.09: 1981).


Conociendo todo lo anterior, es fácilmente deducible que el mediometraje Tiré Dié no es perteneciente al movimiento del Cinema Novo, sin embargo,es contemporáneo y resulta relevante mencionar los cambios que sufría el cine en los países latinoamericanos ya que todo forma parte de una búsqueda vanguardista por reflejar una identidad cultural en su propio cine. A pesar de la aclaración anterior, es necesario hacer presente un análisis concreto del manifiesto del Cinema Novo como movimiento cultural.

La corriente se basó en la idea del cine de guerrilla, en el que se permitía experimentar con los recursos limitados de los realizadores con el objetivo de, además de concebir un nuevo lenguaje fílmico, llevar al espectador a escenarios de tierras trágicas que desmitificaban la realidad de la sociedad brasileña. Lo interesante fue que logró consolidar un tipo de cine muy característico de la época debido a su amplia experimentación de técnicas y propuestas. El neorrealismo italiano y la Nouvelle Vague eran escuelas que para esa época ya estaban mundialmente consolidadas y representaban un punto de comparación fuerte para el Cinema Novo, sin embargo, éste último no pretendía asimilar a ninguno de los otros dos y Rocha lo deja en claro desde el principio en su manifiesto.

Puntualizando ahora, en el filme a interpretar, es inevitable considerar la relación directa que éste tiene con los conceptos de superestructura e infraestructura según la teoría marxista. Esto queda gráficamente señalado dentro de la película con imágenes claras mostrando la diferente urbanización entre la comunidad de Santa Fe en su zona marginada y metropolitana.



Tiré Dié presenta imágenes que aluden a este concepto de desvincularse de lo general para dar paso a lo particular, no toma en cuenta las grandes ciudades ni los números estadísticos ni la superestructura como pudiera parecer al inicio, porque la cámara decide bajar de ese ojo subjetivo y mirar de cerca el panorama, la realidad; dedicándose así a interpretar esta “primera encuesta social filmada” para darle voz a esa comunidad en Santa Fe que podría parecer sólo un número más, pero nadie sabe a ciencia cierta cuál es ese número que representan sus habitantes, escuelas u hospitales; es por eso que Birri le otorga esa relevancia al lugar y a la gente que vive en él, porque es la única manera en la que esa realidad ajena al espectador, puede llegar a formar parte de su conocimiento.


Parece ser que esta tendencia de retratar una sociedad marginada, con pobreza y dificultades para llevar un estilo de vida cómodo está cada vez más presente. Está claro que, para Marx, el arte antes de determinarle una función social cumplía con su función de reforzar la idea de una burguesía, en la que se asociaban las cuestiones artísticas para determinar el estatus de una persona o las distintas clases sociales. Una vez que este pensamiento comienza a transformarse es cuando se le da paso a una forma de hacer arte más colectiva, en la que se contemplan las visiones mundanas de cada persona incluyendo a los grupos marginados.

Esto para la época de Marx resultaba algo muy revolucionario, sin embargo, el manifiesto del Cinema Novo lo retoma, dando paso así a la nueva ola de cine latinoamericano que se enfatiza en este tipo de problemáticas sociales, donde se retratan historias y personajes reales viviendo en condiciones que representan a Latinoamérica y que a una persona extranjera causarían incomodidad.

A pesar de todo esto, es necesario cuestionar si el cometido realmente se logra. En un inicio parecía algo revolucionario en la manera de hacer cine, una resignificación y apropiación de la propia cultura para mostrar presencia en el resto del mundo, un empoderamiento. Sin embargo, en los últimos años donde el cine latinoamericano sigue retratando las mismas cuestiones sociales se ha podido caer en una incongruencia al buscar mostrar éstas.

De manera personal, considero que es muy fácil cruzar la línea entre lo expositivo y lo manipulativo en una obra cinematográfica, en el segundo caso, haciendo alusión a la famosa porno miseria concepto popularizado por implementar morbo en las situaciones que suelen presentarse: historias de personajes sumamente pobres donde más allá de la reflexión, está presente el objetivo de causar morbo en el espectador por el deseo de seguir mirando. Este concepto cruza un umbral muy sensible dentro de cualquier obra de expresión artística: la moral. Y puede llegar a ser cuestionada e incluso criticada popularmente.

Considero que, en los últimos años, el cine latinoamericano puede estar cayendo en una resignificación de lo que presentaba el manifiesto del Cinema Novo en sus primeros inicios: el arte como función social, donde no se busca excluir, sino incluir y principalmente donde no debe verse la obra con ojos de colonizador, con compasión por las realidades que se presentan sino con ojos críticos por la carga de violencia que tienen este tipo de obras.



La gente que es utilizada para la realización de este tipo de películas donde se habla sobre pobreza, miseria, marginación, ignorancia, etc., difícilmente consumirá ese tipo de cine. Entonces se vuelve crítica la situación, porque el cineasta podría estar posicionándose en un estatus mayor y más relevante de lo que está mostrando. Esta es una realidad con la que se convive día a día, películas que son expuestas en festivales internacionales, partícipes de un teatro social donde se le da un reconocimiento al realizador, pero aquello que está exhibiendo en la película realmente a nadie parece incomodarle dentro de su vida cotidiana. Podría volver a hacerse la comparación con lo ocurrido en el documental de Buñuel Las Hurdes, donde el espectador y realizador se vuelven ajenos e intrusos a aquello que nos es presentado, teniendo como único punto de vista el de la cámara, sin involucrarse de manera estrecha en esa realidad expuesta.

Como conclusión, podría afirmarse que, en sus primeras manifestaciones, el cine latinoamericano liderado por las aspiraciones que presentaba el Cinema Novo pudo cimentar bases para que este tipo de cine fuera lo más honesto posible, con el paso de los años puede que esto llegue a cambiar como ha ido ocurriendo con el nuevo cine mexicano. A pesar de esto es necesaria la invitación a esta reflexión, la cual puede complementarse con la comparación de primeros filmes inclinados hacia esta tendencia de exponer una realidad que difícilmente se incluía en el cine, como lo es Tiré Dié.



Referencias:

· Birri, F. (Director). 1960. Tiré Dié [Película]. Instituto de Cinematografía de la Universidad Nacional del Litoral.

· Coviello, Ramiro (2011). El cine violento de Glauber Rocha. VI Jornadas de Jóvenes Investigadores. Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.

· Javier Esteinou Madrid. (noviembre de 1981). Congresoen Brasil: Comunicación, hegemonía y contrainformación. Cuadernos de cómunicación, No. 75,8-10.

· Marcelo Scotti. (2017). Entre Cine e Historia. 10 junio 2022, de Facultad de humanidades de la UNPL Sitio web: http://carpetashistoria.fahce.unlp.edu.ar/carpeta-3/cine/sobre-el- interes-historico-del-film-5

· Rocha, Glauber, “La estética del hambre”, en Revista Universitáriado Audiovisual, Sao Paulo, 1965.

· Seccia, Oriana (2011). Karl Marx, autor del Quijote. Variaciones en torno a la metáfora estructura/superestructura. VI Jornadasde Jóvenes Investigadores. Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, BuenosAires.


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