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CHERRY (2021) DIR. ANTHONY y JOE RUSSO

Texto escrito por : Yarely Chickle (Callejas)


Me he vuelto un poco fan de leer novelas en cuanto se anuncia que una adaptación será llevada al cine, así que sí, esto va con alto spoiler y sí confirmo que es un poco perezoso de

mi parte ésta práctica, pues llevo el rostro de los actores que interpretarán a esos personajes a mi lectura; y a partir de ahí creo mis propios escenarios, digamos que me ahorro un poco el trabajo.

Usualmente la queja principal de una adaptación nos presenta pensamientos como “pero es que el personaje no es así, no es como me lo imaginaba, ahí se describe gordo, guapo, de ojos negros, viejo, pelirrojo, etc.” y se termina por “arruinar” lo que imaginamos. Y en mi caso ese casi nunca es el problema por lo antes ya mencionado; el real problema sucede cuando el tono con el que se maneja la adaptación es diferente al del libro o las situaciones son distintas.

Así que acompañenme en esta reseña/crítica/opinión de Cherry en su gustada sección “¡Ay José! ¡Así no es!” (me lo acabo de inventar), acompáñenme en este viaje plagado de “pero en el libro…”

Cherry es una novela semi autobiográfica en la que Nico Walker nos relata su paso por las drogas, el ejército de los Estados Unidos de Norteamérica y cómo terminó robando bancos para pagar su vicio, ¿suena guay, no? (sí, la traducción que leí es española, los vicios se quedan), su personaje es cínico y el tono de la novela es justo ese, ya que te lo explica desde su particular punto de vista.

La forma en la que relata las fuerteces que le pasan es de lo más relajada y a veces hasta un poco cómica que llegas a normalizar ciertas violencias y hasta pensar “¡Ay! pero si no es tan malo, no pasa nada, oiga”, luego descubres que lo relata así por andar tan sumido en la sustancia, por su puesto que “se lo pasa de lujo”, pero no.



Hay crudeza, violencia y descripciones gráficas que te muestran que ser un junkie no es

nada glamuroso y que tratar de dejarlo no es tan fácil como sólo decidirlo una mañana de

verano. La miseria, culpa, ansiedad y el constante estado pusilánime del protagonista

arrastran a Emily, su novia al círculo vicioso y aunque pareciera que juntos funcionan

perfecto, sus inseguridades y su poca importancia por el futuro hace que se arrastren

mutuamente al viaje.

Walker escribió su obra estando preso, pues en 2013 un editor lo había contactado después de haber leído un artículo sobre sus tiempos de delincuente, y fue hasta 2018 que su obra fue publicada; en los agradecimientos menciona con cariño a sus editores pues dice que si el protagonista te ha parecido un gilipollas pero te ha caído bien es gracias a ellos, y sí, el bastardillo te cae bien.


El guión fue escrito por Jessica Goldgberg, creadora de la serie de televisión The Path, una joyita sobre un culto que fue muy infravalorada en su momento y al final fue cancelada

después de 3 temporadas, si pueden echensela para ver a Aaron Paul no siendo Jesse

Pinkman; en la escritura de Cherry le acompaña Angela Russo-Otstot que escribió un par

de capítulos para la serie The Shield.

Los hermanos Russo, Anthony y Joe son encargados de dirigirla y a ellos fácil los reconocemos por las dos últimas películas de Avengers, pero en su carrera encontramos la incursión en la comedia con Arrested Develpment y Community, así que ajenos a la ironía y humor negro no son.



El reparto lo encabeza Tom Holland, de quién ya hemos hablado y no es necesario recordar

su filmografía, y lo acompaña Cira Bravo una joven actriz de rostro angelical que quien fue

fánatico de la programación de Nickelodeon recordará su paso por Big Time Rush. Y

Michael Gandolfini, hijo del difunto James Gandolfini con un pequeño papel.

No mencionamos más elenco porque realmente no tienen tanto peso en la historia como lo tienen Cira y Tom (obviamente) por lo que los personajes secundarios son eso, sólo

complementos.

Dicho lo anterior, aquí va mi última advertencia sobre los spoilers, porque nos vamos a ir como gorda en tobogán…

La historia es cursi, y no porque hable del romance adolescente que nace en la preparatoria y se desenvuelve melosamente en los dulces años universitarios, si no porque la historia en sí se convierte en una serie de acciones cliché que justifican las acciones del personaje que lo hacen tomar malas decisiones, como que un corazón roto lo lleva a alistarse al ejército, cuando en realidad lo hace sólo porque sí y para pasar el rato en lo que su novia regresa de hacer la escuela en Canadá.

¿Los traumas de guerra hacen que empiece a consumir más drogas?, sí y no, en el libro hay más crudeza, más violencia, más vejación, más injusticia, mueres y realmente no

importa para nadie, y para soportarlo puedes liberarte en el “camión del porno” o darte unos

viajecitos con el contrabando que llegue por correo, pero al final todo lo que importa es

mantenerse vivo y no parecer un imbécil que espera no pincharse el dedo con una jeringa el

primer día para que los demás no te vean como un gilipollas.

Por su puesto que en la adaptación tenemos al ejército en una versión suave, porque

vamos, en la lista del orgullo americano está la armada; por lo que es entendible que el

camino cliché adecuado para que nuestro protagonista se rompa es que vea a sus amigos,

no compañeros, AMIGOS morir; y no que se nos muestre que el constante estado de

alerta, soledad y maltrato por superiores y compañeros van mermando su cordura, pero

como siempre en drogas, nunca sobrio, pasa de un “con el que compartía litera, explotó” a

“no me da tristeza, ni lo conocía, la vida sigue, quizá pueda hacerme una paja para dormir y

tomar unas pastis”, por eso cuando lees el libro lo normalizas porque el protagonista no se

quiebra por eso (aparentemente).



Para las dos horas y chacho que dura la película muchas cosas del principio se obvian, lo

cual es entendible, otras cambian o no se muestran, como que se casa con Emily antes de

irse a Irak, “el camión del porno” (muy sórdido por cierto), los intentos de ambos por ser

adultos responsables y fallar, su emprendimiento con la marihuana, sus constantes deseos

de dejar la droga y desistir porque la abstinencia es peor por el vómito y la sangre en la

orina.

Es bien sabido que los Russo saben hacer excelentes escenas de guerra y las hay y son ejecutadas con maestría, se atreven a ser innovadores en algunas tomas que por su puesto elevan el nivel de la producción; el soundtrack a cargo de Henry Jackman (el compositor que a base de los gritos de tortura de Bucky creó el tema para éste personaje en The Winter Soldier) es muy nostálgico y adecuado, que te situa en un momento en el que puedes ver la luz del sol atravesar las hojas de un árbol, mientras todo lo demás pasa; Holland por su puesto que se destaca en la interpretación, el chamaco tiene un rango importante, es sorprendente, sí, pero es más fascinante en El Diablo a todas horas; y aunque Cira no brilla tanto, el aporte angelical, inocente e ingenuo de Emily está ahí.

Pero, sí, siempre pero, hace falta más tensión cuando roban bancos, hace falta éste dejo de ironía que te haga decir “el personaje es un imbécil pusilánime, pero ¡joder! no quiero que lo atrapen porque me cae bien”; hace falta sentir ansiedad cuando se están rehabilitando porque lo están pasando realmente mal y hace falta sentir alivio cuando se pican otra vez porque los escasos minutos de cielo que les da la sustancia, valen tanta joda.



En resumen hace falta el tono de ironía y acidez del libro, no el de drama y reflexión que te da la película y aunque al final hay epílogo, y hay un “aprendamos la lección” y redención a diferencia del libro, esperas que cuando termines el producto pienses “pero a ver… ¿y yo por qué lo estaba normalizando, no es acaso una barbaridad?.

Después de reflexionarlo entiendo que lo hayan querido llevar al drama, porque hacerlo tipo Malcom rompiendo la cuarta pared con Holland no se vería del todo bien, por su historial y estigma de “es que siempre hace cosas chistochitas” (cuando en realidad no).





Titulo original: Cherry

Año: 2021

País: Estados Unidos

Idioma: Inglés

Duración: 141 minutos.

Dirección: Anthony y Joe Russo

Producción: Anthony y Joe Russo, Niko Walker, Wang Zhongjun

Guión: Jessica Goldberg, Angela Russo-Otstot

Música: Henry Jackman

Fotografía: Newton Thomas Sigel

Montaje: Jeff Groth

Protagonistas: Tom Holland, Cira Bravo, Jack Reynor, Forrest Goodluck,

Jeff Wahlberg, Michael Gandolfini.


Equipo editorial: Verónica Marín y Abel Amador

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